
La balanza volvió a equilibrarse y esta vez parece que puede durar...Mi reloj marca justo las 11:11 de la mañana, no podía ser de otro modo, y eso quiere decir que me estoy deslizando por el camino correcto.
Cada noche se produce la misma sensación, unas gotas de Angelsword y todo se vuelve mágico, empiezo a sentirme como el adicto a su elixir, pero sin llegar a la dependencia. La oscuridad se vuelve blanquecina y un hormigueo en mi doloroso manipura que me deja flotando en el aire como las mariposas en primavera. Entro en un estado cercano al éxtasis, pero sin llegar a la pérdida del conocimiento. Estoy allí con mis cinco sentidos o seis, ya que a veces hay alguno que surge de la nada. Sensaciones irreconocibles en mi cuerpo que no puedo describir con palabras, pero podría compararlas a un pequeño mareo de felicidad.
Y después surgen los sueños, caras conocidas con personajes de mi vida que me acompañan en las aventuras más disparatadas para descubrir los últimos misterios de la humanidad. De vez en cuando mi mente es capaz de reconocer mi auténtica realidad y aporta sus entresijos de realismo como para ser consciente de que aquello tiene más sentido de lo que puedo creer.
Hoy me vi con mi tribu de mujeres magas, allí mi maestra me enseñaba como reptan los espíritus de todos los tiempos, mi mente actúa pensando que aún no soy capaz de hacerlo, eso me produce algo de tranquilidad, pues el espíritu no parece ser un aliado. Algo de miedo me paraliza, pero sé que no estoy sola, estoy resguardada por todas ellas. Encontré al fin mis compañeras de viaje. Ahora soy una pequeña aprendiz...pero quizás algún día me convierta en una gran maga de las estrellas.
Un besito desde la inmensidad.